Este lugar (de extraordinaria belleza) es de obligada visita para los amantes de la naturaleza, pues en el se funden vegetación, agua y rocas. Se trata de una cascada, formada por el río Toxa, el cual tiene una caída vertical de unos 30 metros, situada en lo más profundo de un hermoso bosque lleno de carballos, alcornoques, castaños, sauces, abedules, musgo… y la especie autóctona de la xesta, a la cual los locales dicen que hay que hacer un nudo en sus hojas para que la vida te permita volver en un futuro. Es fácil encontrarse con lagartos (acostumbrados a la presencia humana- por lo cual no escapan-) y halcones peregrinos.
La cascada es impresionante, el agua cae con tanta fuerza que se forma una niebla densa que al chocar contra la pared de granito vuelve a subir, dando la sensación de “llover hacia arriba”.

A la fervenza se accede desde un mirador situado arriba, desde el cual podemos observar la parte más alta y las impresionantes vistas de la unión de los ríos Toxa y Deza.

Una vez hayamos llegado a la zona baja, observaremos la imagen más bella, pues estaremos a los pies de la cascada, la cual estará por encima de nuestras cabezas. Las sensaciones que se viven estando en esta posición solo se pueden describir viviéndolas por uno mismo.
Cualquiera que visite este lugar, estará de acuerdo con nosotras al decir que lugares como este hacen que Galicia sea de verdad un paraíso mágico. Un paraíso en el que al mismo tiempo que disfrutas de la belleza de las vistas también puedes conocer infinidad de especies vegetales.
Si queremos aprovechar esta visita para hacer un poco de senderismo, hay una ruta desde la base de la cascada que nos lleva al monasterio de Carboeiro. Tiene una duración aproximada de 2-3 horas. Por el camino se atraviesa un hermoso puente medieval, una playa fluvial…
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